05 marzo 2007

Alberto Moravia: El autómata (1). ¿Y por qué no el cinismo?


Es éste un libro de relatos que tiene casi cuarenta años. De entrada, puede parecer que es sinónimo de viejo y pasado, pero no lo creáis. La ironía, la incisiva mirada crítica de Moravia siguen absolutamente vigentes, como demuestra el relato "Las aturdidas", que me ha hecho pensar: ¿y por qué no el cinismo? Dos damas despreocupadas, ricas y vividoras, de clase alta, con criados y preocupaciones existenciales mínimas, se ven en la casa de una de ellas a petición de la otra, que ha de contarle algo muy importante. Es paródico, pero también cínico el tono, nunca despectivo - el buen escritor no recurre a lo zafio, sino que añade humor y se aleja de la tosquedad -, y tan transparente y cercano que no alejaría a lector alguno. Sólo después de hablar de vestidos, de quién es la mujer más elegante de Roma, sale a relucir un secreto que incumbe a la convocada a la cita: su marido tiene una amante. Quizá en manos de otro escritor los derroteros que podría tomar la historia llevarían al drama o a la caricatura, pero Moravia escapa del camino fácil y no muestra apesadumbrada a la señora con cuernos, sino que narra cómo se le olvida pronto tal descubrimiento, cómo es incapaz de recordarlo poco más tarde, pues en verdad no es cosa que pueda alterar de manera significativa su existencia, bien ordenada, fijada y con esplendor seguro. ¿Qué es una amante entre esta gente? Moravia no lo dice, sino que lo narra. Y el lector puede sonreír, seguro que sí, y a la vez que se divierte constata que hay cosas que sabe y otras que no sabe que, ocurra lo que ocurra, jamás cambiarán. Alberto Moravia, amigos, todavía hoy uno de los mejores escritores del siglo XX.