08 agosto 2007

Las derechas, las derechas


Estoy sentado en un banco de la Carrera del Genil, esperando a que llegue mi mujer, que se ha entretenido comprando en una tienda de la calle Reyes Católicos. Granada, hace dos horas. De repente veo que un hombre viene directo hacia mí, se para a mi lado, acerca su cara a la mía. "Las derechas, las derechas nos tienen adulterados y envenenados", dice. Y no aguarda a que le responda, continúa su camino como si me hubiese traído ese mensaje desde muy lejos, cumpliendo un encargo. Y el inesperado mensajero, vestido con camisa verde y pantalón claro, sube la calle y se pierde entre en la gente.


(Foto: Lee Friedlander)