Nos faltan escritores como Alberto Moravia, los necesitamos, porque en esta realidad confusa y maleable es preciso que haya autores que son la voz del pueblo, que levantan acta de los hechos cotidianos y se preocupan por saber qué pasa cada día, por leer la actualidad y meditar sobre ella mediante una literatura útil y sugerente. Nos faltan escritores como Alberto Moravia, atentos a lo que se cuece aquí y ahora, con talento para abordar los temas que nos ocupan y nos preocupan. Necesitamos a escritores como Moravia, soldados civiles de las letras que luchan para dejar constancia de lo que al ser humano de nuestro tiempo mejor lo define y caracteriza.
En el libro "Nuevos cuentos romanos" hay un relato, titulado "La confidencia", en el que un camionero que ha atropellado a un motorista y se ha dado a la fuga le cuenta a su novia qué cobarde fue dejando a un hombre muerto detrás, qué cobarde fue por no parar tras embestirlo con su camión. El sentimiento de culpa del camionero, la reacción de la novia, la situación que genera la confidencia son algo digno de ser leído y muy adecuado para confrontarlo con las reacciones que hoy podrían darse en personajes semejantes, cuarenta y cinco años más tarde de la publicación del libro. ¿Hemos cambiado mucho, poco o nada? ¿Cambia el hombre ante la fatalidad, es otro hombre, es universal e inmutable la cobardía? ¿Cómo valoramos la vida de los demás? Moravia dejó un relato magnífico, con todas las preguntas y algunas respuestas. Y apenas son seis páginas. Qué lección de concisión, compromiso y verdad. Para tomar nota.