Böll es uno de los escritores esenciales en mi vida lectora, una de las mayores influencias en mis escritos de ficción, un referente moral. Cuando vemos que estamos viviendo un tiempo en el que parece no haber pasado nada importante y todo fluye rápido, a escape, sin dejar huella, creo que es muy necesario volver a autores como éste, Faulkner, Moravia, Sartre. Hay un relato en el libro del que os hablo, llamado "Aventuras de un macuto", que el gran escritor alemán fechó en 1950 y es una perfecta sátira sobre la guerra y su caudal de cadáveres y olvido. Un soldado lleva un macuto a la guerra, que pierde tras su muerte y va pasando por diferentes manos hasta volver a las de su madre, que lo utiliza para guardar cebollas sin percatarse de que hay un número dentro con el que habría podido identificarlo y asociarlo a su hijo. Para esto sirve una guerra. Y es que ya se nos advierte que no es lo mismo soñar que estar en el lugar del sueño: "...creía en los héroes hasta que él mismo se vio obligado a ser uno de ellos." Cómo narra Böll el progresivo acercamiento a la zona de combate es sencillamente algo antológico: "desde ese cielo occidental llegaba el famoso sonido atronador parecido a una tempestad... cada vez se acercaba más esa tempestad artificial, las voces de los oficiales y suboficiales se hicieron roncas, todo se volvió desagradable... la tempestad se oía cada vez más desagradable, cada vez más artificial. Entonces, las voces de los oficiales y suboficiales adquirieron una curiosa suavidad, casi ternura... Stobski se dio cuenta de que estaba ya en medio de la tempestad artificial... oyó gritos, explosiones, tiros y las voces de los oficiales se volvieron de nuevo roncas." Y es que el añorado escritor sabía como pocos hablar de lo que de verdad importa.
Hez. Tebeos idiotas para idiotas como usted.
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La Felguera, 2021. 280 páginas. En el Cuchitril somos fancineros y punkis.
Así que una recopilación de los fanzines gamberros editados de manera
artesana...
Hace 18 horas