11 abril 2007

William Faulkner: "De esta tierra y más allá"


Hay autores a los que uno vuelve inevitablemente, gozosamente. Faulkner es uno de ellos. Me regalaron este libro en 1991, en febrero, y 16 años después me parece oportuna la recuperación, comentar el relato "Grieta", porque en estos tiempos de grave desmemoria y de continua renovación de todo lo visible e invisible considero indispensable volver a leer a Faulkner. El relato es la historia de unos soldados que vagan por los campos de una guerra, llevando a un herido, y hacia un destino que podemos imaginar poco grato. Pero de repente ven a un muerto casi enteramente enterrado y al poco la tierra literalmente se los traga y se ven bajo ella, cavando para escapar de tan inesperada prisión, de tan inesperada condena de muerte: lo primero que ven bajo la tierra son cadáveres de soldados vestidos con uniformes de 1915. La maestría de Faulkner, el grado contenido de onirismo y la fuerza de las imágenes es tal que uno se queda realmente embobado. ¿Cómo este hombre ideó una historia semejante, con soldados, una guerra, unos muertos bajo tierra de otra guerra, cómo es tan inteligente para dar con ese final pletórico en que los soldados rezan a Dios por seguir vivos, Biblia en mano? ¿Qué quiere decirnos? ¿Es su mensaje transparente, esconden algo tan brillante líneas? Lo mejor que puede decirse de Faulkner a estas alturas es que su huella sigue viva en muchos escritores posteriores, que su estilo lleno de viveza, de altura incomparable - con destellos como éste: "y al cabo de un tiempo vuelven a estar entre viejas cicatrices curadas de árboles, a que se aferran unas esparcidas hojas ni verdes ni muertas, como si también ellas hubieran sido alcanzadas y cogidas por un hiato en el tiempo, cotilleando con ruido seco entre ellas aunque no hay viento" - sigue siendo una cima cuyo remonte trae recompensas inigualables. Cómo me gustaría que nos midiésemos a veces poniéndonos ante la figura de autores como éste. Cuánto aprenderíamos.