Hablaba hace poco Daniel Marmolejo en su blog sobre el triunfo. Leí su texto y se me ocurrieron estas cuatro líneas, que son sinceras:
Que le den al triunfo, que nos espere al final del camino, que no interfiera, que siga su vida y no se entrometa. Que se vaya donde otros lo esperan con tanta ansia. Nosotros seguiremos siendo fieles a nosotros mismos.
¿O no?
Foto: AP