El relato se llama "Novios" y cuenta la historia de un hombre que el día que ha de ingresar en la cárcel visita a su ex mujer, que se ha casado con otro hombre que tiene una hija pequeña de un matrimonio anterior. Dice Richard Ford que la piedad es un elemento esencial en su narrativa: he aquí una buena prueba. Uno lee el relato sobrecogido, con el corazón triste y la mirada herida, e inmiscuidos en lo que se nos va contando, llevados por la mano maestra de Ford de un personaje y lo que piensa y siente a otro, sin apresuramiento y con tanto acierto literario que abruma, nos sentimos especiales y muy pequeños a la vez, seres humanos detenidos como uno de esos animales que se cruzan en la carretera de noche y, a la luz de los faros de un vehículo en marcha, se quedan quietos, como hipnotizados sin saber que están a punto de morir si no lo evitan saltando, escapando. Richard Ford es uno de mis autores preferidos desde hace muchos años, pero este libro no lo había leído, contagiado siempre por la pasión novelesca, y descubro al cabo del tiempo que en estos relatos hay una esencia difícil de transmitir con una novela, una exactitud en lo que se narra que en más páginas resultaría alargado, falso, vacuo. Ford habla de seres corrientes, que no hacen sino cosas corrientes, pero lo que le distingue de tantos otros autores es su mirada llena de piedad, de comprensión: cuando el futuro reo se encara con la ex esposa, con el marido de ésta, vemos que Ford recorta los excesos, evita las trampas y el maniqueísmo y nos muestra a tres seres que le importan por igual, independientemente de lo que hacen o son, aspecto éste que me recuerda los aciertos mayores de otro escritor imprescindible: John Steinbeck. Sabéis que escribo en otro blog sobre novela negra, y tengo que decir que he dudado si incluir este comentario allí en vez de aquí, porque en este cuento hay una pistola, un delincuente, un enfrentamiento entre dos hombres, un deseo de que alguien muera para que con su muerte el dolor desaparezca o se haga ya del todo insoportable. Ford ha tomado elementos de la novela social, la novela negra que están en nuestras vidas cotidianas y ha elaborado un canto ejemplar a la comprensión y a la confianza en el ser humano, en su supervivencia, motivo nada banal en nuestra época, en que parece que las máquinas, la especulación y la enfermedad del planeta que nos acoge ponen en duda. Así lo escribe Ford: "Y yo pensé en el pobre Bobby: lo estarían cacheando y esposando en el patio de la cárcel, luego lo encerrarían convertido en presidiario, como una pieza de maquinaria inútil." Lo dice el marido de la ex esposa de Bobby, que quiere ver lejos de sus vidas - la suya, la de su esposa, la de su hija pequeña - a ese hombre, pero no puede dejar de sentir piedad por su destino.
Hez. Tebeos idiotas para idiotas como usted.
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La Felguera, 2021. 280 páginas. En el Cuchitril somos fancineros y punkis.
Así que una recopilación de los fanzines gamberros editados de manera
artesana...
Hace 13 horas