He encontrado en la red este texto de Ismael Grasa dedicado a Cernuda y de él extraigo esta reflexión del autor sobre la escritura:
Pienso que la literatura de hoy requiere llaneza y sentido del humor. El tono grandilocuente, las aspiraciones a pasar al cielo literario, resultan cada día, en cierto sentido, más disonantes. Cuando eran pocos los que escribían, y pocos también los que leían, como indica ese cuarenta por ciento de analfabetos españoles en la época de Cernuda, entonces, digo, era fácil que los autores se sintieran los guardadores de la llama de la literatura, los atletas que en relevos hacían llegar la lumbre sagrada hacia la posteridad. Por el contrario, es posible que todo sea hoy más inabarcable e incontrolable, y que el tono de nuestros poetas quede a menudo dislocado respecto a una realidad capitalista y su trasiego editorial, una situación de vida corriente que, precisamente por ser corriente y normal, se expresa comúnmente en prosa. No quiero decir con esto que piense que la poesía de hoy no tenga salida. Sospecho, en cambio, que hoy se escribe mejor que nunca. Y pienso que la escritura, antes que ser motivo para que se manifieste el genio que enorgullezca más tarde a su comunidad, ha de ser una expresión cotidiana y natural de un caldo desarrollado de cultura y libertades.
Esta dispersión contemporánea nos libera también de depender de los ejes geográficos y políticos tradicionales. Internet pone en ridículo la fórmula convencional de las naciones, y más cuando tratan de censurar y restringir los accesos a este bien colectivo de lo virtual, formado por individuos dispersos en el mundo. Con Internet es más fácil llegar a librarse del peso de ese Escorial con el que cargaba Cernuda en aviones y barcos.
Esta dispersión contemporánea nos libera también de depender de los ejes geográficos y políticos tradicionales. Internet pone en ridículo la fórmula convencional de las naciones, y más cuando tratan de censurar y restringir los accesos a este bien colectivo de lo virtual, formado por individuos dispersos en el mundo. Con Internet es más fácil llegar a librarse del peso de ese Escorial con el que cargaba Cernuda en aviones y barcos.