El narrador de las escritoras está muy lejos del narrador omnisciente, valorador e impersonal de la literatura masculina, ya que suele presentar la forma de un narrador personal, mucho menos omnisciente y valorador, que no respeta las convenciones de la "verdad histórica" sino que se limita a hablar de "mi verdad histórica personal". Esto significa contar la historia, hasta cierto punto, como si fueran memorias, lo cual potencia enormemente la veracidad de los hechos narrados, pero, en cambio, difumina su historicidad... Este es el caso de la voz narradora de las mejores obras de Matute.
Lo que me parece una meditación a tener muy en cuenta.
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Hace 23 horas