25 diciembre 2006

Richard Ford: Rock Springs (2). Solos.

Estamos solos, irremediablemente solos, nos dice el narrador de "Great Falls", segundo relato del libro. Podemos convivir con padres y madres, con hermanos, con cualquier familiar, con la propia esposa, pero estamos solos, puede ser que nunca lleguemos a conocernos, a saber de verdad qué le importa al otro. Y a veces, aunque lo sepamos, aunque amemos a ese otro y ese otro nos lo pida y deseemos darle lo que anhela, no se lo daremos. La madre y el padre del narrador del relato padecen lo que todos los matrimonios: el desgaste del tiempo, la diferencia de los sueños y de la intensidad de las frustraciones. Así, cuando una noche el padre y el hijo vuelven a casa y descubren a la madre con otro, un muchacho joven, el padre sólo acierta a refugiarse en la violencia y le apunta con el revólver, se lo pega a la cara al amante para amenazarlo, evidenciar que defiende lo suyo y a los suyos, pero el tiempo de la violencia ha pasado y no dispara, la madre se va con el muchacho y el hijo la comprende, sin entenderla y sin saber nada más, y no la considera culpable, como tampoco a su padre lo considerará en adelante culpable. "En cualquier caso, hoy sé que la verdad absoluta acerca de las cosas es una idea que un día deja de existir", piensa el narrador ahora, ya adulto. Y recuerda que cuando vio a su madre la mañana siguiente a su marcha de casa, ella estaba en la habitación de un motel. "La propia vida es asunto de uno, Jackie- me dijo-. Tu vida es tan asunto tuyo que a veces te entra un pánico de muerte. Te dan ganas de salir corriendo." La nostalgia por la familia unida, pero también la nostalgia por algo que no ha tenido nunca el narrador de la historia, ni dentro ni fuera de la familia, y que es otra unión superior, colectiva, generalizada, que nos evitaría "ser idénticos a animales que se cruzan en el camino: vigilantes, implacables, carentes de paciencia y de deseo". Como veis, Richard Ford hace una interpretación humana de la sociedad en que le ha tocado vivir, pero también política y socialmente certera y llena de una melancólica denuncia que le emparenta con los autores más comprometidos y más dedicados a la crítica contra un sistema que todo lo rebaja de categoría, lo llena de la baba del precio y la desilusión para abocarnos a la separación, la soledad, el individualismo, el dolor de querer y no poder.